miércoles, 15 de mayo de 2013

Autor, fecha y contexto.

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                    En los antiguos manuscritos griegos se le puso el título tradicional de "El Apocalipsis de Juan". Probablemente, las palabras iniciales del texto no dan su título original: "La revelación de Jesucristo que Dios le concedió para mostrar a sus siervos lo que ha de suceder pronto; y envió a su ángel para dársela a conocer a su siervo Juan" (1,1). Además, el autor dice que recibió la revelación en forma de visión mientras se encontraba en la isla de Patmos (1,9-10)http://es.wikipedia.org/wiki/Apocalipsis. Por consiguiente, por su género y cariz, la obra se encuentra en la tradición de la apocalíptica judía; deberíamos recordar que se produjo un resurgimiento de apocalipsis judíos durante los años ochenta y noventa como respuesta a la destrucción de Jerusalén (1). Algunos de estos apocalipsis se escribieron con el nombre de personajes relevantes del exilio babilónico, como Baruc y Esdras, lo que también les permitió utilizar la destrucción de Jerusalén por Babilonia como lente hermenéutica para comprender la experiencia reciente. A partir de este contexto literario se adquirió el modo simbólico de denominar a Roma, la nueva destructora de Jerusalén, con el nombre de Babilonia. En el Nuevo Testamento y en los escritos cristianos primitivos, sólo 1 Pe y Ap utilizan este símbolo, que podría indicar la existiencia de una cierta tensión entre ambos (2).

                         En los primeros siglos, el libro del Apocalipsis fue objeto de una intensa controversia y no todos lo consideraban Escritura. No fue acogido en el canon occidental hasta los años 394-395 d.C., y sólo después de que una lectura simbólica se convirtiera en su interpretación autoritativa gracias a Agustín http://es.wikipedia.org/wiki/Agust%C3%ADn_de_Hipona (3). Antes de esta fecha, en la Iglesia antigua se debatía si el autor denominado "Juan" era el apóstol u otra persona. Ireneo, obispo de Lyon http://es.wikipedia.org/wiki/Ireneo_de_Lyon (ca. 180 d.C), pensaba que era el apóstol Juan, el mismo que había escrito el evangelio, mientras que Gayo, obispo de Roma, y Dionisio http://es.wikipedia.org/wiki/Dionisio_de_Alejandr%C3%ADa , obispo de Alejandría (los dos de principios del siglo III), lo denunciaron como obra del hereje Cerinto http://es.wikipedia.org/wiki/Cerintianos (un importante adversario de Juan en las leyendas posteriores) (4). Por último, Eusebio http://es.wikipedia.org/wiki/Eusebio_de_Cesarea , siguiendo una tradición de Papías http://es.wikipedia.org/wiki/Pap%C3%ADas_de_Hier%C3%A1polis (ca. 130), lo abribuyó a Juan "el anciano o presbítero" http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_el_Presb%C3%ADtero (natural de Éfeso) y negó su canonicidad (5).

                        En gran medida, estos antiguos debates sobre el autor manifiestan la preocupación por el carácter canónico del libro y la interpretación de sus imágenes apocalípticas tan radicales. Varios importantes escritores cristianos del siglo II (entre quienes se incluyen Papías y Taciano http://es.wikipedia.org/wiki/Taciano , un discípulo de Justino Mártir http://es.wikipedia.org/wiki/Justino_M%C3%A1rtir ) lo interpretaron como una predicción al pie de la letra de que durante su existencia advendría un reino de mil años (6). Conforme pasaba el tiempo, iba quedando claro que estas predicciones eran falsas. Así, los debates antiguos no resuelven finalmente la cuestión de quién fue el que realmente lo escribió. Sin embargo, a partir del estilo, el vocabulario y el tono, es altamente improbable que su autor fuera el que escribió el evangelio de Juan. No obstante, es posible que pretendiera poseer una autoridad apostólica utilizando para ello el nombre de Juan, pues se trata de algo común en la literatura apocalíptica.

                 El contexto se nos brinda cuando afirma que está destinado a las "siete iglesias de Asia" (1,4); el   


autor también dice que recibió la revelación mientras se encontraba en la isla de Patmos, junto a la costa de Asia (1,9-10). "a causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesús" (1,9), pero no resulta clara la situación. Podría formar parte de la ficción literaria de la obra, que es totalmente coherente con el género apocalíptico. Existen dos elementos internos que certifican que fue escrita para cristianos de la provincia de Asia: primero, las siete iglesias, enumeradas en 1,11 (7), que se corresponden con las ciudades importantes de la región; segundo, su polémica contra "la prostituta de Babilonia" (17,7-18) presupone el culto imperial romano de Éfeso.

                    En otro momento era bastante habitual fechar el Apocalipsis durante el período de Nerón http://es.wikipedia.org/wiki/Ner%C3%B3n y, por tanto, antes de la destucción de Jerusalén. La muerte del apóstol Juan ocurrió en los años 95-96 d.C., casi al final del reinado de Domiciano. Ésta era la fecha atribuida por Ireneo y sigue siendo la más admitida por los especialistas. Una reciente investigación sobre el culto imperial realizado en Éfeso nos indica que es inaceptable fecharla durante el reinado de Nerón y confirma que lo más probable es que se escribiera casi al final del reinado de Domiciano http://es.wikipedia.org/wiki/Domiciano (81-96).

APOCALIPSIS DE JUAN.

Fecha: ca. 95-96.

Autor: "Juan".

Lugar: Éfeso.

Destinatarios y Ocasión: Es un apocalipsis escrito como reacción contra la creciente acomodación de los cristianos en Roma (cf. Lc-Hch, Efesios, 1 Pe). Rechaza explícitamente la participación de los cristianos en todos los aspectos del culto público imperial, especialmente tal como se practicaba en la ciudad de Éfeso en la última década del siglo I, y llama a los cristianos a oponerse a Roma y al emperador, que son los agentes de Satán en el mundo.

Contenido.

I. Prefacio (1,1-3) 1-3, Apocalipsis. 1 y "carta de explicación" (1,4-3,22).
   A. "Carta de explicación" de Juan (1,4-11).
    4-8, Apocalipsis 1
    Apocalipsis 1. Visión inaugural. 9-20.

   B. La primera visión (1,12-20).
   Apocalipsis 1. Visión inaugural. 9-20.

   C. Las cartas a las siete iglesias de Asia (2,1-3,22).
    1-3, 22, Apocalipsis. Las siete cartas. 2

II. Segunda visión: El salón del trono de los cielos (4,1-11,19).
   A. El salón del trono y los que en él se encuentran (4,1-11).
   1-5, 14, Apocalipsis. PRIMERA SECCIÓN: VISIÓN INAUGURAL. 4

   B. El rollo y el Cordero (5,1-14).
    1-5, 14, Apocalipsis. PRIMERA SECCIÓN: VISIÓN INAUGURAL. 4

   C. El Cordero abre los siete sellos (6,1-8,1).
    1-8 Los cuatro primeros sellos: Los jinetes., Apocalipsis 6
   
   
   
   


   D. El séptimo sello y las siete trompetas (8,2-11,18).
   


















              
              
              
              



























            



  
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(1). Cf. 2 Baruc 11,1; 67,7; 4 Esdras 3,1-2,28; Oráculos sibilinos 5,143 y capítulo 9.http://es.wikipedia.org/wiki/Or%C3%A1culos_sibilinos.

(2). Cf. 1 Pe 5,13; Ap 14,8; 16,19; 17,5; 18,2.10.20.

(3). No se le consideró canónica en la Iglesia ortodoxa griega hasta el siglo XII y aún no se encuentra en el canon ortodoxo siríaco.

(4). Ireneo, Contra las herejías 5.30.3. Sobre Gayo y Dionisio, cf. Eusebio, Historia Eclesiástica 3.28.

(5). Eusebio, Historia Eclesiástica 24.

(6). Cf. Justino Mártir, Diálogo con Trifón 81; cf. Ireneo, Contra las herejías 5.28-36 y Tertuliano, contra Marción 3.13.24.

(7). Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea. Encontramos una carta individual dirigida a cada ciudad en Ap 2,3.

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