martes, 5 de marzo de 2013

LA JERUSALÉN EXPECTANTE.

               No está claro qué ocurrió cuando Pablo llegó a Jerusalén http://es.wikipedia.org/wiki/Palestina_en_tiempos_de_Jes%C3%BAs. El libro de los Hechos http://www.hechosdelosapostolesindice.blogspot.com.es/ no menciona la colecta, pero sí nos informa de un encuentro con Santiago (21,18-22):

"18 Al día siguiente, Pablo, con nosotros, entró en casa de Santiago, donde estaban también todos los responsables.
19 Los saludó y se puso a contarles punto por punto lo que Dios había hecho entre los paganos a través de su labor.
20 Al oírlo, alababan a Dios, al tiempo que le decían:
              - Ya ves, hermano, cuántos millares y millares de creyentes hay entre los judíos, pero todos siguen siendo fervientes partidarios de la Ley.
21 Por otra parte, han sido informados acerca de ti de que a todos los judíos que viven entre paganos les enseñas a renegar de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos ni observen las tradiciones.
22 ¿Qué hacemos, pues? En todo caso, se van a enterar de que has llegado." (1).


                        Según Hechos, Pablo fue al templo y allí fue acusado de meter a gentiles incircuncisos en la zona restringida a los judíos, incitando, de este modo, a un disturbio (21,23-30):

23 Por eso, sigue nuestro consejo, tenemos aquí cuatro hombres que se han comprometido a cumplir un voto;
24 llévatelos contigo, purifícate con ellos y costéales tú el afeitado de cabeza; así sabrán todos que los informes acerca de ti no tienen fundamento, sino que tambén tú te comportas rectamente observando la Ley.

25 Por lo que toca a los paganos que se han hecho creyentes, nosotros les comunicamos por escrito lo que habíamos decidido: que se guarden de comer la carne sacrificada a los ídolos, así como sangre o animales estrangulados y de contraer uniones ilegales.

                26 Entonces Pablo se llevó a aquellos hombres y al día siguiente entró en el templo para purificarse con ellos, avisando cuándo se terminaban los días de la purificación y tocaba ofrecer la oblación por cada uno.
 27 Cuando estaban para cumplirse los siete días, los judíos de la provincia de Asia, que lo vieron en el templo, alborotaron al gentío y echaron mano a Pablo,
28 gritando:
                 - ¡Auxilio, israelitas! Éste es el individuo que ataca a nuestro pueblo, a la Ley y a este lugar, enseñando a todo el mundo por todas partes. Es más, ha introducido a unos griegos en el templo, profanando este lugar sagrado.
                 29 Era que antes habían visto por la ciudad a Trófimo, el de Éfeso, con Pablo y pensaban que éste lo había introducido en el Templo.
                 30 El revuelo cundió por la entera ciudad y hubo una avalancha del pueblo; agarraron a Pablo, lo arrastraron fuera del templo e inmediatamente se cerraron las puertas. (2).

                              Pablo fue arrestado. Según se dice, el centurión romano pensó que era "el Egipcio", un infame rebelde que se había proclamado el mesías-profeta y que sólo unos pocos años antes había amenazado con asaltar el templo (3). A partir de este punto, Hechos prosigue con el relato de los juicios de Pablo ante Félix y Festo y su viaje a Roma, pero no nos narra lo que pasó en Jerusalén. Sin embargo, por otras fuentes sabemos que estos años fueron tumultuosos en Jerusalén, fueron años en los que se incrementaron las expectativas apocalípticas y los sentimientos revolucionarios, que finalmente catapultaron a Judea a una clara rebelión contra Roma.

                              El historiador judío Flavio Josefo nos ofrece un cuadro más claro de las condiciones y acontecimientos que condujeron a la primera revuelta http://es.wikipedia.org/wiki/Primera_guerra_judeo-romana. Echa la culpa del incremento de la tensión a dos factores: en primer lugar, a los cada vez más ineptos y represores procuradores romanos (4), y, en segundo lugar, a una oleada creciente de revolucionarios judíos fanáticos: "Hombres mentirosos y embaucadores que, bajo el pretexto de estar inspirados por Dios, buscaban innovaciones y cambios. Incitaron a la multitud a actuar como si estuvieran poseídos por la divinidad y la llevaron al desierto con la idea de que allí Dios les  mostraría las señales de su liberación (5).

 El historiador judío Flavio Josefo. (Harper Collins Concise Atlas of the Bible).

                      Durante los años 62-66 d.C., las cosas fueron de mal en peor, pues la violencia de la turba alteró la vida en la ciudad. Josefo nos habla de una banda de asesinos, los sicarii http://es.wikipedia.org/wiki/Sicario, que mataban a la gente, incluso a un sumo sacerdote, a plena luz del día y secuestraban a funcionarios judíos (6). También había bandoleros que incendiaban y saqueaban los pueblos (7). Finalmente, Josefo culpa al surgimiento del movimiento zelota http://es.wikipedia.org/wiki/Zelote, al que denomina la "cuarta filosofía", por haber sembrado las semillas políticas -profundamente teñidas de sentimientos apocalípticos- de la rebelión contra Roma; dice que todo comenzó en tiempos del censo de Quirino http://es.wikipedia.org/wiki/Publio_Sulpicio_Quirinio, es decir, en el año 6 d.C. (8).

                       Incluso en períodos más pacíficos, los profetas apocalípticos habían proclamado oráculos de destrucción. Uno de ellos, de nombre Jesús hijo de Ananías, llegó al templo en el año 62 d.C. gritando: "Voz de Oriente, voz de Occidente, voz de los cuatro vientos, voz que contra Jerusalén y contra el templo, voz contra los recién casados y contra las recién casadas, voz contra todo el pueblo" (9). Resultaba algo desconcertante, pues la inmensa restauración del templo, comenzada unos ochenta años antes por Herodes el Grande http://es.wikipedia.org/wiki/Herodes_I_el_Grande, acababa de terminarse. El profeta fue arrestado y apaleado hasta quedar inconsciente, pero, al final, se le puso en libertad porque se consideró que estaba loco y no constituía ninguna amenaza militar. No obstante, se producían otros signos de alboroto. En los lugares donde no había autoridades romanas irrumpía el fanatismo. Antes de la llegada del nuevo gobernador, Albino, en el año 62, Santiago, el hermano de Jesús, líder de la iglesia de Jerusalén, fuer arrestado por el sumo sacerdote Anano, que lo mandó ejecutar (10). De hecho, es probable que Pedro http://es.wikipedia.org/wiki/Sim%C3%B3n_Pedro y Pablo http://es.wikipedia.org/wiki/Pablo_de_Tarso murieran también durante los años 62-64 d.C. Estaba desapareciendo toda una generación del movimiento de Jesús, lo que también tenía sus implicaciones escatológicas: (Mc 9,1: "Y añadió:-Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto llegar el reinado de Dios con fuerza." (11).
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(1).   Texto utilizado; La Nueva Biblia Española. En el preciso momento en que Pablo entra, acompañado de los "nosotros",a visitar a Santiago, y con él a los responsables, representantes de la comunidad oficial (cf. 12,17), los "nosotros" abandonan la escena (18); no volverán a presentarse hasta que Pablo no se embarque para ir a Roma (27,1). Durante todas las peripecias en Jerusalén y Cesarea, Pablo estará solo; no se hará tampoco mención alguna del Espíritu Santo; sólo en el momento decisivo se le aparecerá el Señor (23,11).
            Pablo cuenta a la iglesia oficial lo que Dios ha hecho por su labor entre los paganos (19, cf. 15,12). La reacción es ambivalente: alaban a Dios (20a, cf. 11,18), sin convicción alguna, al tiempo qu ele dan un segundo aviso (20b). Una vez más, Lc ha redactado en forma de estructura concréntica la recriminación y los consejos de los responables de la iglesia de Jerusalén: en el centro dejará entrever la grave amenaza que se cierne sobre Pablo (v.22b). Comentarios de J. Mateos a los versículos 18-22. - Nueva Biblia Española.

(2). Texto utilizado; La Nueva Biblia Española.   Inmediatamente antes de la amenaza central (22b) se formula una deliberación (22a: "¿Qué hacemos, pues?"); después de ella, una resolución (23a: "Sigue, pues, nuestro consejo"). La amenaza central es muy ladina: "En todo caso, tendrá quer reunirse la asamblea, todavía en la rec. occ.: "En toco caso, tendrá que reunirse la asamblea, pues se van, etc." Si Pablo hace caso omiso de la recriminación y de sus consejos tendrá que vérselas con sus connacionales fanáticos, o peor todavía, deberá someterse a un nuevo concilio, sin poder contar ya con la presencia de los apóstoles ni de Pedro, pues ahora "todos son fervientes partidarios de la Ley" (20, en contraste con 15,10).
          Le piden que renuncie a su convicción sobre la inutilidad e impotencia de la Ley (cf. 13,38s), que Pedro hizo suya en el concilio de Jerusalén (15,10s), y que demuestra su estricta observancia como buen judío. Para ellos la cuestión de los paganos ya quedó zanjada con lo acordado en el concilio (cf. 15,19.28s). Siguen convencidos de la primacía de Israel sobre los demás pueblos.
         Con una afirmación sobre la Ley (20: "cuántos millares y millares de creyentes... fervientes partidarios de la Ley") y con la mención de un hecho simbólico (23b: "tenemos aquí cuatro hombres que se han comprometido a cumplir un voto"), Lc establece un neto contraste entre la comunidad judeocreyente de Jerusalén, presidida por Santiago, y la comunidad paganocristiana de Cesarea, reunida en torno al evangelista Felipe, descrita ésta con la mención de otro hecho simbólico ("tenúia cuatro hijas vírgenes") y con una afirmación sobre el Espíritu ("con el don de profecía").
         Ley y profecía son incompatibles: la totalidad (cuatro) de los miembros de la iglesia oficial de Jerusalén es intransigente respecto a las tradiciones patrias; la totalidad (cuatro) de los de la comunidad de Cesarea es fiel al Espíritu Santo. No se debe identificar a esta iglesia de Jerusalén con la comunidad de hermanos que recibieron gustosos a Pablo y los "nosotros" al llegar a "la ciudad de Jerusalén" (17: gr. Hierosoluma: comp. 12,12 con 12,17).
        Por la forma como ha sido construida la recriminación, con la contraposición entre los judeocreyentes y los paganocreyentes al principio y al final del discurso, aparece claramente que lo que aquí se ventila no es la causa de los paganos creyentes, cuya mención constituye un mero apéndice al cuerpo de la recriminación (25: "Por lo que toca a los paganos que se han hecho creyentes, nosotros les comunicamos por escrito..."; la rec. occ. lo dice sin ambages: "Por lo que toca a los paganos que se han hecho creyentes no tienen nada que decirte, pues nosotros, etc."), sino la tesis de los judíos creyentes: que todos los judíos sin excepción -creyentes o no- están obligados a observar la Ley de Moisés.
        Pablo se somete sin más (26). No se ha valorado suficientemente el alcance de la claudicación de Pablo ante la presión de que ha sido objeto por parte de los dirigentes de la iglesia de Jerusalén. En descargo de Pablo podría aducirse el célebre principio paulino de la condescendencia (1 Cor 9,19-23). Con el fin de ganarse a los judíos para la causa del Mesías, Pablo condesciende una vez más a someterse a las prácticas rituales de la Ley, aunque sin atribuirles valor salvífico. Los resultados dirán si esta táctica era o no equivocada.
         De momento, el fanatismo de la iglesia de Jerusalén, lejos de desvanecerse, ha alcanzado su cenit; Pablo ha intervenido parte de la colecta de los paganocristianos para costear ritos vacios de sentido de los judeocreyentes. La celebración de la fiesta de Pentecostés, con la entrega de la colecta, que tanto él deseaba (cf. 20,16), se ha convertido en una prolongada y costosísima observancia cultual en el templo.
Proceso de Pablo: De Jerusalén a Cesarea (21,27-26,32). La primera parte se desarrolla en Jerusalén: Comprende el arresto de Pablo (21,27-36), su primera apología con el testimonio dado ante el pueblo de Israel (21,37-22,21) y su claudicación ante la flagelación (22,22-29); sigue la comparecencia ante el Consejo judío (22,30-23,11), la conjura tramada contra él y su salida para Cesarea (23,12-35). La segunda parte se desarrolla en Cesarea: Comprende la acusación de Tértulo (24,1-9) y la segunda apología de Pablo, esta vez ante el gobernador Félix (24,10-27); sigue la apelación de Pablo al César ante el gobernador Festo, sucesor de Félix (25,1-12); termina con la comparecencia de Pablo ante el rey judío Agripa (25,13-17), donde pronuncia su tercera apología (26,1-23), y el desenlace del proceso (26,24-32).
27 - 36.       Los judíos de la diáspora, presentados anteriormente como amigos de Pablo (cf. 19,33), amotinan a la multitud y le echan mano (27). Los cargos de que lo acusan son los mismos que hicieron a Esteban (6,13), añadiendo que va contra el pueblo, es decir, que invalida los privilegios de Israel (28a). Pretenden que Pablo ha profanado el templo introduciendo en él a un pagano (28b): Trófimo es uno de los acompañantes de Pablo (cf. 20,4), probables porteadores de la gran colecta (29).
                 De las expresiones hiperbólicas usadas por Lc (30: "la entera ciudad"; 31: "toda Jerusalén") parece deducirse que también la numerosísima comunidad judeocreyente (cf. 21,20), presidida por Santiago y los responsables (20,18), se halla entre la masa judía.  Comentarios por J. Mateos. Nueva Biblia Española.

(3). Cf. Josefo, Antigüedades 20.168-172; La guerra de los Judíos 2.261-265. El Egipcio parece haber actuado en Judea en 54-55 d.C. Josefo ubica estos sucesos bajo el mandato del procurador Félix (52-60 d.C) http://es.wikipedia.org/wiki/Marco_Antonio_F%C3%A9lix . El libro de los Hechos nos dice que el primer juicio de Pablo tuvo lugar en presencia de este mismo personaje (23,23-24,27) http://hechosdelosapostolesjuanmateos.blogspot.com.es/2011/04/conjura-contra-pablo-y-salida-para.html   + http://hechosdelosapostolesjuanmateos.blogspot.com.es/2011/04/cesarea-acusacion-contra-pablo-hch-241.html    + http://hechosdelosapostolesjuanmateos.blogspot.com.es/2011/04/segunda-apologia-de-pablo-ante-el.html. Puesto que Hechos 24,27 nos dice que Pablo había estado detenido dos años durante el mandato de Félix, podemos fechar el aresto en algún momento del año 58 o a comienzos de 59, pero la cronología se complica por las fechas del mandato de Festo http://nuevotestamentojohnpmeier.blogspot.com.es/2013/03/porcio-festo.html, el sucesor de Félix. Cf. J. B. Green, "Festus, Porcius", Anchor Bible Dictionary, 2:795.

(4). Josefo, La guerra de los judíos 2.271-277.

(5). Josfo, La guerra de los judíos 2.259. Estas condiciones también existían bajo el mandato de Félix; a continuación nos cuenta el episodio del Egipcio.

(6). La guerra de los judíos 2.254-256: Antigüedades 20.186-188.208-210. En otro pasaje, Josefo implica al procurador Félix en el asesinato del sumo sacerdote Jonatán (Antigüedades 20.162).

(7). Antigüedades 20.185. La situación se deterioró aún más cuando el procurador Albino http://nuevotestamentojohnpmeier.blogspot.com.es/2013/03/procurador-luceyo-albino.html liberó a otros delincuentes de la cárcel para ganarse al populacho (20.215).

(8). Antigüedades 18,9-10.

(9). La guerra de los judíos 6.301-306. Cf. el vocabulario semejante del oráculo atribuido al otro Jesús en Lc 7,29  " El pueblo entero hizo caso a Juan, incluso los recaudadores, y dieron la razón a Dios recibiendo su bautismo; (cf. Mt 8,11-12 "11 Os digo que vendrán muchos de Oriente y Occidente a sentarse a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de Dios; 12 en cambio, a los destinados al reino los echarán afuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.).  Traducción de la Nueva Biblia Española.

(10). Antigüedades 20.200-201.

(11). Traducción de la Nueva Biblia Española.

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